Marcos Winocur

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¿Quién escribe a mis espaldas el libreto de mis sueños?

 

Marcos Winocur

                                                                              Para Josefina King

           Llaman a la puerta, si estoy despierto es el cartero, si estoy dormido ¿quién será?

          ¡Abuelita! ¿Que no estás muerta?  ¡Antes tú vas a chupar faros, pinche escuincle cabrón! Y en una larga carcajada sin dientes... ¡Abue, abuelita...! no acaba de llegar cuando ya se va... ella me llamaba así, pinche- escuincle-cabrón.  Aaabuuueeeliiitaaa, nunca quieres quedarte un ratito conmigo...

          Y otra vez llaman a la puerta, debe ser el cartero. ¿O será mi abuelita que dejó olvidados los lentes? ¡Ya voooy! ¿Dónde estará mi otro calcetín? ¡Ya voy! Y la puerta abierta, los ojos entrecerrados, un pie más frío que el otro, una carta distraídamente en la mano, regresa la pregunta, siempre la misma.

          ¿Quién escribe a mis espaldas el libreto de mis sueños?

  

Vocabulario mexicano

Chupar faros: morirse

Escuincle: mocoso, niño de corta edad

Pinche: mal hecho

 

 

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“Estos textos son geniales, el indispensable alimento de mi inconsciente y de mi líbido... Les diré más: si tardo en consumirlo, me pasa lo que a Superman sin cryptonita, a Popeye sin espinacas: mi yo se convierte en tú y mi superyo en subyo. Recomiendo su lectura sin reservas.” Sigmund Freud.   “Excelente. De todas mis lecturas, éstas constituyen mi más preciado capital. No se las pierda.” Karl Marx.  

 

“Bárbaro. Debo confesar que cada nuevo escrito de Marcos Winocur me sume en el pánico. ¿Qué tal si echa por tierra mis teorías? Vivo así la insoportable relatividad del ser. Por nada del mundo dejes de leer este texto, hará de ti un hombre nuevo.” Albert Einstein.


MARCOS WINOCUR  Como neuro referencias y a modo de presentación. Hasta hace poco era un novato en el cyberespacio, al punto de haber creído que los virus en la computadora son resultado de no lavarse las manos antes de comenzar a teclear. Paso sin transición de la euforia al abatimiento, unos días me veo de frac recibiendo el Nobel, otros días corro escapando de quienes me persiguen para quitármelo.

 

DATOS PERSONALES

Nací en Córdoba, Argentina, hace tanto tiempo que ya no me acuerdo, pero no falta quien me lo recuerde: en 1932. Resido en Puebla, México. Mi publicación estrella: libro sobre temática latinoamericana (serie general, N.43, Crítica/Mondadori). Cuando hablo de nacionalidad, prefiero identificarme como argenmex, ese mestizo cultural. Llegué a estas tierras escapando a la dictadura militar argentina  -dicho sea en sentido literal: saltando por los techos del vecino-.  Si me preguntaran cuál es la constante de mi vida, respondería sin temor a equivocarme: equivocarme. Así se comprende el título de mi novela breve: *El buen perdedor*. Declaro que  sobrevivo gracias al humor, evocado en situaciones límite. Sufro de la enfermedad de Parkinson. El café, sin azúcar, porfa.

 

 MARCOS  WINOCUR: Doctor en Historia (EPHE-Sorbona). Alumno de Fernand Braudel, Pierre Vilar y Ruggiero Romano,  tesis  publicada, reediciones en México, Argentina y Chile. De la misma tesis, edición en microfichas para bibliotecas, Hachette, París. Actualmente, profesor e investigador en la Universidad Autónoma de Puebla (Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades). Colaborador de Universo de El Búho, La Jornada de Oriente y la edición nacional, La Pensée, Europe, Le Mouvement Social, Lateral, La Insignia, Bajo el Volcán, Crítica, Elementos y otras publicaciones.

Un día, Marcos Winocur, historiador, declara: “la Historia no da lecciones sino sorpresas y, para sorpresas, mejor las fabrico yo.”  Y se vuelca a la Literatura.

 


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