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Poemas para una semana
Esta página añade textos con frecuencia

Óscar Pérez Garviso

 

 

Todo por ti

 

Todo lo debo a ti: mi amor, mi acacia,

los versos más terribles que haya escrito,

la pena, la pasión, el mal que evito

para ya no caer en más falacia.

 

Todo lo doy por ti, ni la desgracia

de no estar juntos ya, que es donde habito,

me impiden recordar lo que bendito

entre nosotros fue y con tanta audacia.

 

Permíteme decir, sin burocracia

que las gracias te doy y al cielo cito

pidiendo por tener siempre tu gracia

 

Hubo un cielo en mi voz y yo te invito

tan solo a mantener de esta farmacia

los frutos de un amor que fue infinito.

 

13 11 11

 

El acecho 
 
Dime distancia y te oleré de lejos
belleza de mis ojos, cielo y risco,
acaso no es lugar el cuerpo para un templo,
acaso no es tu voz el himno que destilo,
raza de dos, no entiendes mi zapato,
que el tuyo busca en calles sostenidas por la nieve,
ya que sin él no avanza ninguno en nuestros sueños.
ya que sin ti es que hay dos y no uno solo y pleno,
bésame el gris verano y taciturno,
donde el arroz con pollo era universo
y unívoco el placer de carcomerlo en tu alma
hasta hallar en él la efe de feliz y fiel falange,
dime  esperanza, rayando la cordura,
como a un limón en busca de aquel sabor sin tiempo,

qué dulce es la alegría cuando nuestros labios vuelan

y venciendo las distancias, enmudecen con un beso.

 

14 11 11

Últimas noticias

 

Si leyeras lo que escribo, si supieras
que es para ti que escribo, para darte
noticias de quién soy y de qué parte
me brotan para ti las primaveras.
 
Podrías comprender, si tú quisieras,
que nada yo he perdido con amarte,
que todo lo he ganado tras hallarte,
aunque hoy te vayas tú tras tus quimeras.
 
No temo, no he temido que me quieras,
no tengo ni dolor por tu escaparte,
no cabe en mi esperar que me perdieras.
 
Por eso, porque estoy para cantarte
te digo, amor, que te amo, aunque te fueras
y aunque no leas más de mi esperarte.

 

15 11 11

 

 

Si es que a eso vine

 

Habría que olvidar la poesía,
dejar que la razón reine y domine,
que el tiempo de vivir nos asesine,
sin sueños ni ilusión día tras día.

Lo expongo pues así no sufriría
ninguno o nadie más que el que se incline
a tardes sin color, a un viejo cine
o a la nostalgia a cuestas sin porfía.

Mejor sólo rodar en red vacía,
sin culpas ni ambición que nos conmine
a ver el más allá de la jauría.

Y entonces por rimar, si es que a eso vine,
la sombra con la sombra rimaría
y ante tu adiós un plan que me extermine.

 

16 11 11

 

 

Cartas del náufrago

 

El mar de un dos por dos, el viejo vuelo
de espumas y bajeles en la sangre,
con mítico delfín, sirena y ángel,
con lírico clamor y agudo anzuelo.
 
Anida, se arrincona por mi pelo,
por eso hay las neblinas de la tarde
y el viento huracanado en el que no arde
sino una soledad de roto anhelo.
 
El mar es mi ciudad, vive en desvelo,
se lava en mi camisa, bebe mi aire
y enjuga las mentiras del recelo.

 

En él me vi bracear sin más donaire

que el de un ahogado más que en su pañuelo

secar quiso la sal de tu desaire.

 

16 11 11

 

Tu mal pago

 

Qué forma de llorar sangre y estrellas,
tragando del dolor un mar aciago,
pensando en la ocasión de hallar tu halago
cuando es torcido el sol sobre tus huellas.
 
Qué triste porvenir el que tú sellas,
por tu nariz optando en trato aciago,
que en nada ha de aliviar el simple estrago
de hallarte alguna vez con mis querellas.
 
Mis voces se habrán ido, pero en ellas
por cierto serás tú el que beba el trago
de aquel error que niegas, pero sellas.
 
Entonces se sabrá que no hay más mago
que el firme y puro amor que en noches bellas
se halló por ti en la sal de tu mal pago.

 

16 11 11

 

 

Intacto

 

Mi amor ya sin tu amor no pierde nada,
mas bien te pierdes tú sin que yo te ame,
ninguno has de encontrar que amor te llame
cual pude hacerlo yo cada jornada.
 
Conozco esa salida equivocada,
conozco el grave miedo que te lame,
en cambio yo diré a quien lo reclame
que nada hubo en mi amor de desbandada.
 
Y eso que tú jugaste con la espada
de falsa confusión, de filo infame,
que a solas traspasó la madrugada.
 
Y así pierdes la vida en un derrame
de fuerza y de pasión que te hace nada,
mientras yo intacto voy sin que a ti clame.

 

16 11 11

 

 

Del indolente

 

¿Será que el indolente siempre gana,
será que el corazón no siempre vence,
que hay quien prefiere huir a que condense
su sentir más profundo en la mañana?

 
Qué fácil es no oir cierta campana,
que en plena realidad hace que tense
lo cierto y lo venial, sin que compense
la auténtica razón de su desgana.
 
Y menos se ha de oir la paz que mana
de haber jugado todo a quien hoy piense
tan sólo en su desdén con fuga insana.
 
O sea ni en él hay quien mejor cense
lo incierto en que se pierde su fe enana,
frente a un amor que aguarda a que comience.

 

16 11 11

 

 

Redundancia en el adiós

 

La muerte no es un rincón,
es mancha que cubre el mundo
y entonces nada es fecundo
y en todo cuelga un crespón.


En el beso, en la oración,

en lo eterno y el segundo,
en aguas de lo profundo,
en grietas del corazón.


La muerte a solas no son
sino días que aquí inundo

del mar de tu incomprensión


Allí habito y nauseabundo
descompongo en la canción
la vida en que ya redundo.

 

17 11 11

 

 

Como en un llano

 

Junta palabras como un cuervo el grano,
llena tus ríos como el agua lluvia,
apróntate, prepara en tierra rubia
tus diálogos, rocíos y verano.


Agita tu dolor tarde o temprano,
que filtre la humedad conque diluvia,
que labre como el viento con su gubia

la roca de un amor que se hace vano.

 

Y esmérate en vivir, coge esa mano

que el sol te brinda en gesta barbirrubia

y extiéndela en tu ser como en un llano.

 

Y obsérvate crecer como una alubia,

no dejes nada atrás, te espero, hermano,

que seas tú y no el tiempo el que derrubia.

 

17 11 11

 

 

No más

 

No quiero más, no puedo más,

no siento nada en esta aurora,

el sol me pesa en tu demora,

de resistir no soy capaz.

 

Cuánto yo fui tu fiel secuaz, 

paño y alfombra de tus pasos,

cuánto quedar hecho pedazos

viendo en lo simple que te vas.

 

Aquí no queda ni un jamás,

no hay un por dónde ni un consuelo,

todo respiro es solo un duelo,

ya nada queda de mi paz.

 

No quiero más, no soy si estás

lejos de mi y en otros labios,

ni los mejores y más sabios,

me han de curar de este disfraz.

 

Yo solo pido en pleno agraz

que ya termine este desvelo

no puedo más sin ver tu cielo

quiero volver, mas no hay atrás.

 

17 11 11

 

Último aniversario

A cuatro años, dos meses de la nada
que fuiste, más cincuenta en que eso has sido,
yo a tus cincuenta y uno me despido
por no perder más tiempo en tu escapada.

Lo mejor que tuviste, aventajada,
está en que yo te amé, cual ni has sabido,
el resto dispersión, trago y olvido
y el nada en ti importar la fe empeñada.

Por suerte esa fue siempre tu jugada,

yo solo fui otro más en tu partido
y así ya no es mi culpa tu emboscada.
 
Que nunca te importó, bien me ha dolido,
pero tranquilo estoy, y en ti enterrada
la fuerza de mi amor y de mi olvido.

 

17 11 11

 

 

"Se me olvidó que te olvidé"
 
Se me olvidó lo que no fue,
lo que no quise ni quisiste,
se me olvidó que un día fuiste
algo que ya no recordé.
 
Se me olvidó lo que no sé
y que me unía a cuanto hiciste,
se me olvidó que alguna existe
igual que tú y no sé por qué.
 
Se me olvidó lo que olvidé,
por eso ni el sufrir me asiste,
pues ni en tu nombre es que lloré.
 
Y es tanto así que no consiste
este pregón más que en la fe
de que olvidé hasta el estar triste.

 

24 11 11

 

 

Sombra doliente

¿Cómo salir del duelo permanente,
cómo dejar ir tanto y tanto beso,
cómo en verdad creer que no hay regreso,
cómo sacar tu nombre de mi frente?
 
Lo intento todo, duermo, me hago ausente,
me voy tras de la luna cual poseso,
me pierdo en la estación del gran exceso
y no logro arrancarte simplemente.
 
Ayuda te pedí, no hubo expediente,
te vas, simple, te vas y lo confieso:
no puedo yo partir indiferente.
 
Y así no puedo más, me vuelvo hueso,
mentira, sin razón, sombra doliente,
y todo tras quedar de tu adiós preso.

 

23 11 11

 

Siete verdades al borde del abismo
 
La primera es que te amo todavía,
la segunda es que aunque te vas te espero,
la tercera es que sin tu amor me muero
y en cuarto sitio es que éste es nuevo día.
 
En quinto puesto oirte yo querría,
aunque no fuese más que en el sendero
o fuese sólo tras oir tu acero,
que mi escudo resiste y resistía.

En la sexta verdad va mi osadía,

esa que aquí me tiene alto y entero,

queriendo ver tu boca otra vez mía.

 

La séptima me vuelve a lo primero:

yo te amo, ámame tú, que así en porfía

me harías vencedor y compañero.

 

23 11 11

 

 

Sin tu guía

 

Yo no quiero dormirme simplemente,
cerrar ojos es fácil, vida mía,
fue lo que hiciste mientras yo moría,
desde entonces soñar se me hace urgente
 
Mas bien velar lo indiferente,
donde fue el beso toda mi porfía,
donde era eterno el tiempo y su valía,
donde sin más aviso te hallo ausente.
 
Fantasma o realidad, mi piel te siente,
te veo en los colores cada día,
te veo cada noche en mi torrente.
 
Llorando pues me canso de agonía,

pero despierto voy en la corriente

de una noche tras otra sin tu guía.

 

24 11 11

 

A mi medida

 

De todo y todo lo que yo quería,
nunca bien supe hasta que fue perdido,
nací y viví como un árbol dormido
que de un hachazo pierde lo que había.
 
La sombra queda, la raíz vacía
y el nido roto y el fruto partido,
queda la savia que goteó sin ruido 
por los desiertos de mi copa umbría

 

La primavera queda en mi sangría,

el verano en mi erial enardecido

y el otoño es invierno cada día.

 

Tallando mi madera y malherido,

una cruz se forjó, que yo diría

es hecha a mi medida por tu olvido.

 

25 11 11

 

Antes contigo

 

Solía estar contento y trepar nubes,
bailar con la ciudad, besar su falda,
vencer el miedo atando la guirnalda
de navidad, de duendes y querubes.
 
Solía predecir las alegrías,
de besos de cristal tan indulgentes,
de cuerpos como estrellas transparente,
que al fondo el alma pura tu veías.
 
Solía no creer en agonías,
ni en lágrimas, ni criptas, ni dolientes,
solía ver que junto a mi vivías.
 
Pero hoy que te has marchado, por mi espalda

miro caer el cielo al que me subes
y arder de ayer el bien que ahora me escalda.

 

25 11 11

 

Pero escribo

 

Ya no quiero escribir, yo ya no quiero
ni escribir que no quiero, pero escribo,
es como no querer seguir cautivo
y el yugo acariciar y al carcelero.
 
Es no querer vivir y seguir vivo,
porque algo adentro agita tu sendero,
es no querer morir cuando me muero
sin entender la voz y su derribo.
 
Cansado estoy, cansado y sin motivo
más que el dolor de amar con desespero
a quien ya ni se acuerda de mi arribo.
 
Por eso recordar tampoco espero,
no quiero ni soñar ni dar recibo
de un tiempo sin razón para un tintero.

 

25 11 11

 

Sobre el no ser

 

Oigo el mar en el viento y sus cuarteles
y en la ciudad tétrica en que vagamos,
allí donde al olvido diario vamos,
seguidos por fantasmas y lebreles.
 
De qué valen sin árbol los papeles
de aquella libertad que no gozamos,
las palabras que escritas recordamos
de un tiempo más feliz en los laureles.
 
De qué vale en el soplo no ser fieles
ni al agua en que nacimos y forjamos
la vida, la amistad y sus cinceles.
 
Les digo que oigo el mar al que no amamos,
y ausculto por la esencia de estas pieles
que aunque dicen estar nunca habitamos

 

25 11 11

 

 

 

 


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Escritor chileno


Mi nombre es Óscar Pérez Garviso. Nací el 16 de enero de 1964, en San Felipe, quinta región de Chile, vivo en Santiago desde los 80, soy profesor y siempre la escritura me ha acompañado por todos los caminos.



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