Inicio | Relatos | Poetas | Ensayo | Taller | Autor | Links
Mercedes Bermúdez de Belloso “Canto Llano”: nostalgias al borde del acantilado del tiempo
María Cristina Solaeche Galera |
|
Amo las horas de mi ser en
sombra donde se profundizan mis
sentidos; he hallado en ellas, como
en viejas cartas, mi vida cotidiana ya
vivida, su
leyenda lejana y superada.
Rainier María Rilke
La polifacética escritora (poetisa, ensayista, narradora y traductora) además de organizadora cultural, Mercedes Bermúdez Unceín de Belloso, nace en Ciudad Bolívar, Estado Bolívar, Venezuela, el 27 de junio de 1915. Cuando apenas cuenta con cuatro años de edad, cuando la familia se traslada a Trinidad donde permanece hasta los nueve años, y de nuevo emigra, esta vez a la isla de Curaçao hasta los veinte años, allí realiza sus estudios básicos en el Colegio Welgellegen (Sagrado Corazón de Jesús), posteriormente estudia idiomas, obteniendo el diplomado en inglés y francés, que fueron legalmente reconocidos en Rosendaal en Holanda, donde al mismo tiempo cursa estudios de filosofía, pintura y piano. Abarca su etapa de estudiante desde 1919 hasta 1939. font-family: Asiste a magistrales conferencias y cursos en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas y en el Colegio del Distrito Federal de México. En 1935 contrae nupcias con el empresario del Estado Zulia, Venezuela, Mario Belloso Villasmil en la isla de Curaçao, y se radica ese mismo año en Maracaibo, en la región zuliana, donde conforma una familia al lado de sus hijos Tomás Belloso Bermúdez e Irene Belloso Bermúdez. Presta servicios durante diez años en el horario vespertino de la Biblioteca Baralt. Sus primero poemas los publica en 1939, en la revista " Nos-Otras. Pertenece a dos grupos literarios maracaiberos " Tierra entre 1944-1946 y desde 1951 hasta 1956 y del grupo Seremos; también estuvo relacionada en Caracas con el grupo Como promotora cultural, es cofundadora del Centro de Bellas Artes, fundado el 23 de marzo de 1953 por un grupo de mujeres de Maracaibo, amantes de las letras y las manifestaciones del arte en general, las cuales, ante la carencia de instituciones culturales, pues, el Teatro Baralt permanecía cerrado, deciden fundar un espacio de encuentro cultural, y entre ellas se encuentra Mercedes Bermúdez de Belloso, el cual será inaugurado oficialmente siete años más tarde, el 17 de noviembre de 1970. En 1956 obtiene el Segundo Premio del Certamen Anual de Cuentos del periódico l Nacional con " Aguas turbias, bajo el seudónimo Inés Montalvo. El 26 de junio de 1959 es nombrada Miembro de Número del Centro Histórico del Estado Zulia, ocupando el sillón Nº X y obtiene en 1960, el accésit al premio en un Concurso de Ensayo Histórico patrocinado por la Institución Zuliana en Caracas, sobre nuestro epónimo General maracaibero Rafael Urdaneta, con su trabajo Causas que justifican el haber asumido el General Rafael Urdaneta la Presidencia de Colombia. Escribe la obra de teatro Jaula de Luz, representada por el grupo Talía en 1960. En 1963, el 27 de mayo ingresa a la Academia Venezolana de la Lengua con su trabajo Semblanza del poeta Elías Sánchez Rubio. Desde 1964 hasta 1965, durante un año, ejerce la presidencia de la Sociedad Bolivariana de Venezuela Centro de Maracaibo. Compila en 1968: Udón Pérez, antología de su obra, y es prologuista de numerosas obras de escritores. Por su creativa obra es seleccionada como Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia, a partir de 1976 como Individuo de Número y posteriormente como Miembro Honorario. En 1985, se le concede el premio CONAC de Poesía por la obra " Trampa del infinito. En el mes de junio de 1996, se realiza en la ciudad de Maracaibo, en su honor, el Encuentro Nacional de Escritoras “Mercedes Bermúdez de Belloso”. En octubre de 1996, recibe el Premio Regional de Literatura " “Jesús Enrique Lossada” en la Mención Poesía. Se dedica también a la crítica literaria y a las reseñas bibliográficas y además de los idiomas inglés y francés, domina el papiamento y traduce del italiano y del portugués. Es consuetudinaria colaboradora de las publicaciones periódicas: Panorama, Revista de la Universidad del Zulia, Diario de Occidente, además de directora de la revista del Centro de Bellas Artes, en Maracaibo; en la capital Caracas, en Lírica Hispana, El Farol, El Nacional y la Revista Nacional de Cultura ; y, en Repertorio Americano en Costa Rica. Es cofundadora de la Asociación
Venezolana de Mujeres y de la Fundación Belloso,
desde esos centros colabora en la creación de la
Biblioteca Baralt de Maracaibo, del Centro
Cultural Paraguaná en el Estado Falcón, del
Centro Histórico de los Puertos de Altagracia en
la Costa Oriental del lago de Maracaibo y
organizadora de la Primera Exposición de Pintura
del Estado Zulia. Sus poemas primeros los
publica en la revista " Nos – Otras, en el año
1939. Suele utilizar en sus escritos los
seudónimos de Inés Montalvo, Merce o sus
iniciales M.B.de B. En el presente ensayo: Mercedes Bermúdez de Belloso. “Canto Llano”: nostalgias al borde del acantilado del tiempo. Escribiremos sobre este su poemario Canto Llano, escrito en 1976 y editado por Monte Ávila Editores en su colección Alcance, en Maracaibo, el 4 de octubre de 1979, y escrito por su autora en 1976. Para leer con intensidad el poemario Canto Llano, la lectura debe desde sus inicios, colocarse bajo las potestades de la diosa Mnemosina de la memoria y los recuerdos, y del dios Cronos dueño del tiempo; así el lector atrapará los recuerdos de la poetisa en el transcurrir del tiempo de la vida en cada verso:
Si vuelvo sobre mis
pasos deseando mis recuerdos. Si me alejo pierdo lo que está próximo y retorno sabiendo que aquí está lo que
aguardo. (…) Es breve el tránsito y no cabe envidiar las alas
de los pájaros.
Cierto eclecticismo muy propio de los
postmodernistas y prevanguardistas caracterizan
estos poemas, porque siempre hubo quienes se
rezagaron a un movimiento y comenzaron sus
primeros pasos en otro, en un mundo ontológico
donde “la lengua es recuerdo” (Eli Eshoh) y la
palabra llena los silencios entre los tiempos de
los recuerdos. Quisiera imaginar que sobre
mí no pesan las piedras ni me agota un ayer lejano o
inmediato. Puedo encarar todavía el
desierto y la montaña y trasponer los límites de un mundo imaginario de un ciudad en ruinas o de ésta, donde creo vivir. La
mayoría de los poemas de este poemario, son como
el mismo título lo afirma, cantos con una
sensación de inefable abandono al borde del
acantilado del tiempo: Vivir. Vivirse. No es lo mismo, no. Estar entre los seres y las
cosas. Girar en torno a cuanto ven
los ojos, Formas, colores,
apariencias, manación del mundo entre sus
espejismos, Inmediatez o lejanía. En
un lenguaje depurado, íntimo, reflexivo, en
magistral consonancia, donde la bruma de las
nostalgias y la soledad son las protagonistas.
Articulado con un ritmo más libre que medido al
igual que el canto llano en la música, en
acordes a través de los cuales se percibe un
mundo ascético colmado de musicalidad: mirar detrás del muro a ver si allí está Dios. De
filiación existencialista, entre extrañamientos
y ausencias, recoge los entornos de la
nostalgia. Nostalgia de lugares, de tiempos, de
seres, destinos y desafíos de obligantes
metamorfosis; en un modo de responder la
poetisa, crea un tejido poético que transcribe
su mundo interior al mundo exterior con la
palabra que libera y toma conciencia en ella y
en el lector: Vamos cerrando puertas y poniendo candados a las
rejas (…) Postes, barandas, árboles, rumores, roces, huellas. todo tan lejos, (…) Lo que ha de recordarse no sobrevive aún. La voz deslinda un tiempo
separado La
poetisa nos regala los códigos y claves de su
oficio escritural, de su asidero a la palabra,
de su postura frente al mundo en cada poema, con
el verso como sinónimo de su verdad: Dejan de hablarnos quienes confortaron nuestra
infancia. Un día ya no quedan amigos
ni vecinos. La evasiva memoria
reconstruye minutos, fragmentos de
milenios, Lo que ha de recordarse no
sobrevive aún. La voz deslinda un tiempo
separado y la trivial palabra ignora
su recóndito sentido.
Mercedes Bermúdez de Belloso, aprendió desde su
primera infancia, a vivir entre una estación del
destino y otra, con las nostalgias como huellas
de ese transitar, y esa es la pauta de este
poemario Canto Llano: Nacer aquí no es lo mismo que nacer en otra parte. El uso no alcanza a modelar
la piedra para humanizar el encuentro. Sus
versos nos dibujan el sentido vital de los
recuerdos, transformando el sino en un nuevo
orden de vida. Como un crisol de alquimia, cada
poema de este poemario nos prepara para la
lectura del encanto de la viva reflexión sobre
ese extraño viaje que es el transitar de la
vida, pregonando en el texto definidor el sitial
de las ausencias. Esta unidad que soy, singular ilusa y terrible; Esta dualidad de espíritu y materia
indivisibles, Entona en canto llano los cotidianos salmos porque de lo aprendido aún pueden subsistir
revelaciones He aquí el propio mito: Un engaño egocéntrico reviste como una telaraña lo veraz e incisivo del ser. He
aquí un poemario donde la poetisa trenza y
destrenza sus nostalgias, tal como Ocnos
trenzaba los juncos, mas, el asno que representa
la vida para Mercedes, igualmente los devora,
como en la obra Fausto de Goethe . Y en ese
trenzar y destrenzar, la poetisa, mantiene la
poesía de su espíritu, desplegando ante nosotros
las imágenes poéticas de sus evocaciones Voy hacia ese misterio de no saber por qué ni
adónde. Incontenible fuerza
despiadada la que avienta hacia el mar
el corto vuelo, El vuelo vacilante de quien pierde al volar su
propio cielo. Un sitio perceptible en el
olvido. so quiero del tiempo, nada
más. (…) Cada sentimiento es un
obstáculo para prepararnos a morir.
Partiendo de evidencias existenciales, su
afectividad le permite ahondar profundamente en
experiencias sensitivas para las cuales la
poetisa se haya especialmente dotada, además de
reconocer su significatividad. Para ella el
sosiego no es una alternativa y su estancia en
la desolación no reconoce treguas en el poema: Fui o no he sido nunca. No
lo sé. Puedo haber existido hace tres mil quinientos
años… La
sintaxis y las palabras son precisas, con
ramalazos de sentido que debe permanecer
impreciso, múltiple. La metáfora manifiesta
desde sus inicios un ingenuo tanteo, una
hesitación o duda entre varias expresiones de
los pensamientos recordatorios, con una potencia
suavemente explosiva al retomar la memoria su
precisado y máximo rigor. No expone ideas,
escribe en un tiempo anterior a ellas, en un
tiempo preñado de remembranzas, pues ya las
cosas mismas están preñadas de ideas, y con su
idiolecto rememora el conocimiento humano a su
manera: Esta noche me sujeto por un fugaz instante a estas palabras. Esta noche algo mío se disuelve y lo que digo muere en esta
página. Y
el corazón de la poetisa se llena de los ojos de
la vida de las letras, de palabras que
anduvieron, encendieron y intentaron vencer, que
se despertaron, se libertaron y volaron dentro
de este poemario. Se me fugan los sueños y no alcanzo a soñar el
sueño tuyo ni a recobrar mi voz en tus
palabras. Y
aquí, en la tierra donde ambas, ella y la
poetisa se acogieron con tanto afecto, fallece
el 05 de agosto de 2000. Referencias
Bibliográficas. Extractos seleccionados del
poemario Canto Llano. Textos Ascéticos. Monte
Ávila Editores, Colección Alcances. Caracas, Pasos Piedras Vivir, Vivirse Canto Llano Rejas Triunfo de la muerte Referencia Motivos Tepui Intuiciones Tres Momentos. | Escritora venezolana María Cristina Solaeche Galera Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela
Recibimos con gusto las colaboraciones de María Cristina Solaeche Galera, profesora universitaria especializada en Educación Superior y en Matemática. Desde su natal Venezuela nos muestra personajes de la poesía del Siglo XX, para ampliar nuestra visión del fenómeno literario universal.
Contador
de visitas para blog
|