Cabellera

Inicio | Relatos | Poetas | Ensayo | Taller | Autor | Links

 

Cabellera

 

 

 

 

Enrique Alfaro Llarena

 

 

          He visto una cabellera como alfaguara de luz. Con ella podrían urdirse todas las filosofías y tejerse todos los sueños. Una como arcoíris en la que reverberan los insomnios y los desvelos. Una de seda, de algodón de feria, de nube en arrebol, de jirones de paraíso perdido o tierra prometida. Una que ríe con el prodigio de la alegría. Una como lluvia de estrellas, pararrayos y hacedora de tormentas. Una como la casa de la lluvia y las abejas, como el trigo maduro. Una con cadencia de geometrías fantásticas y mil reflejos. Una en movimiento perpetuo que desordena los sentidos. He visto una cabellera como un huracán en el que anidan los pájaros y los secretos. Una espesa como bosque de coníferas. Fascinante como las arenas cambiantes del desierto. Fuente de la juventud, remolino y papalote de oro fino. Guirnalda, diadema natural de reina coronada. He visto una cabellera que debería tener un nombre propio, un verbo y su adjetivo.

          Hay cabelleras aladas que mutan, cambian y vuelan con levedad. Las hay de fuego que se agitan furiosas. Hay cabelleras de gualda y canela que tiñen el Sol. Hay cabelleras que se derraman de todas las poéticas. Hay cabelleras felinas, como estelas de cometas, y las hay navegantes y aéreas que se hinchan como sinfonías dramáticas al viento. Hay cabelleras vestidas de fiesta. Otras van desnudas y se abren como jacarandas en primavera. Hay cabelleras de verano ligeras como un bikini. Hay cabelleras como la crin de un potro salvaje. Hay cabelleras de humo, albahaca y miel. Hay cabelleras que maduran en el alba, otras se despliegan en el insomnio. Hay cabelleras de profundidades oceánicas en las que sucumbe y se hunde la mirada. Hay cabelleras oscuras y pesadas que caen como un telón o un acantilado. Hay cabelleras de catarata, de tormenta y diluvio universal. Hay cabelleras como laberintos o murallas a la espalda, otras son rayuelas al cielo. Hay cabelleras trágicas: alguien perderá los ojos o la razón entre sus frondas. Hay cabelleras telúricas que visten más que un manto y un abrigo de visón. Las hay heroicas y guardan en sus hebras misterios profundos. Ay, cabelleras.

          He visto la cabellera que no imaginó Botticelli, la que anheló Afrodita. La que buscaban los argonautas, la que enloqueció a Paris y a los románticos y a los pintores prerrafaelitas. A la que tanto le temen los guardianes del orden y el templo. He visto la cabellera de todas las sirenas que cantaron para Odiseo. Por la que valdría incendiar de nuevo la ciudadela de Troya. He visto la cabellera inexpugnable del sueño y del deseo. Por la que se lanzaron al abismo siete poetas suicidas. He visto la cabellera que erige y deshoja todos los poemas. La que reordena el mundo, hacedora de destinos. He visto una cabellera imposible de sobrevivirla. He visto una cabellera invencible e inolvidable. He visto la melena entre las melenas. He visto a la belleza ondulante, de polvo cósmico. He visto a la belleza rebelde y etérea nunca antes así vislumbrada. Digo que he visto a una muchacha que llevaba por cabellera a la Vía Láctea.

 

 

 Inicio | Relatos | Poetas | Ensayo | Taller | Autor | Links

Escritor mexicano.

Autor de las novelas La rosa del calidoscopio y Telemaquia.

Comuníquese con el autor

alfarollarena@gmail.com




Enrique Llarena es colaborador distinguido de Literatura Virtual.

Conozca sus trabajos


Conozca el blog de Enrique

Enrique Alfaro Llarena

Literatura, apuntes, artículos, cuentos, ensayos, poemas, relatos

 



 Contador de visitas para blog

*