El Seis

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El único poeta soberano

 

El Seis

Velarde

          El Seis, es originario de ningún país en particular; él se considera un ser universal; o en todo caso un habitante más de un estado culto, civilizado, supremo, donde se puede estar ebrio, dopado, todos los días, y dedicarse única y exclusivamente al arte (ese país se encuentra sólo en el mundo fantástico de los hombres geniales). El nombre de esta republica (si es que así se le puede llamar) es Seiscépolis. Este conglomerado social, para la mayoría de ciudadanos normales, no existe, por lo cual, insisten constantemente: “Es necesario saber el lugar de tu nacimiento, estimado Seis”. Pero la metrópolis, claro que tiene un lugar en tiempo y el espacio, sólo que como toda buena urbe, cuenta con la más avanzada tecnología, para no poder ser localizada por el enemigo traidor. Por ese motivo algunas veces el escritor dice: Yo soy de una patria aún no constituida… que se ubica en un lugar lejano, donde las puertas están debidamente construidas de nubes, las paredes se levantaron con ladrillos de lunas, el techo está perfectamente acabado con bloques de luz solar, y las murallas que dan protección son canteras de aire gélido; por lo tanto esta nación, no es visible para los animales pensantes normales, uniformes, medianos.

          El Padrote de la Muerte, no tiene un nombre común…, así como el de los seres humanos, no pertenece al número de los inscriptos en el registro civil, ni cuenta con identificación oficial… es pues un ser excluido, por voluntad propia, de la lista nominal de este globo terráqueo, él es, solamente El Seis, aunque siempre haya algunos mortales, que se molestan y consideran que es una broma, y iracundos exclaman: “Es necesario tu nombre completo, para guardarlo en nuestro archivo histórico”. El poeta desde que nació, eligió su “identificación”, la cual marcara la sustancia intrínseca de su ser, la grandeza de su espíritu, el esplendor de su mente, y lo hizo con las siguientes finalidades, el prescindirse voluntariamente de todas las personas despreciables, utilizar el seudónimo para firmar todas sus sobresalientes obras literarias, y lo más importante; escuchar la pronunciación “El Seis”, por los labios trémulos de cualquier bella mujer desnuda. Como el citado artista nunca tuvo un “nombre normal”, cotidiano, que algún adulto le haya asignado, para diferenciarlo; en cuanto abrió los ojos (todavía veía en blanco y negro) escribió en un papel de música (pautado),

          Yo soy El Seis, el color de las letras estaba escrito con su propia sangre… Mientras el cielo herido, cerca del corazón, hacía un hueco (agujero negro), para que las letras del bate, latieran en el universo infinito, por siempre, eternamente. Sus estudios los cursó, desde luego, en la universidad, nunca le ha gustado aclarar y señalar específicamente, a cual de todas asistió, por obvias razones, pero lo más creíble es que haya sido, en cualquiera de Seiscépolis. El se considera un alumno desesperado, angustiado, atormentado, y hasta “esquizofrénico”… Donde sus “maestros” en realidad eran sus devotos sirvientes, que conociendo el talento sin límites de su amo, lo trataban con el mayor de los respetos, y una profunda admiración. También nos comunica el Proxeneta de la Parca, que estudio de manera formal y disciplinada, en las piernas calientes de cualquier mega ciudad, donde se gradúo con los más altos honores, y aún ahora, es considerado como egresado pródigo, hijo excelso, hombre sublime. Y en “estado de gracia” El Seis aúlla: La urbe contaminada es mi Alma Mater.

          Es pues, este escritor un hombre blanco, vestido de negro, con bufanda larga, de rostro triste y pálido, casi etéreo, de una belleza singular; que muy continuamente sale de de cualquier lupanar, abrazado de alguna (s) prostituta, que caminan como fantasmas, y se van perdiendo entre la boca enferma de la neblina, azul, gris, blues… Mientras la ciudad canta una ópera de metálicos lamentos.El vate de locura, escribe desde que cursaba la secundaría. Sus textos son reconocidos por su gran belleza, provocación, profundidad, y ese talento ilimitado. Él comenta que tenía 14 años, cuando publicó por primera vez, quizá algún poema, un cuento corto, un pequeño monólogo, o un esbozo de una obra de teatro. Me encanta no saber con precisión que fue lo primero divulgado, pero algunos biógrafos, aseguran que fue poesía. Como nota curiosa un día me comunicó: Detesto la novela larga actual, pues la considero, como una perversión literaria, económica, egocéntrica, y un sometimiento del autor a la maligna moda imperante. Pero no nos desviemos y sigamos con la vida del insigne hacedor de mundos fantásticos. Ya para esas fechas The Six era un lector consumado, sus primeras lecturas fueron los textos griegos, romanos, franceses, italianos, rusos, alemanes, y demás. Sólo imagínense a un joven de esa edad leyendo a Platón, Homero, Sófocles, Heráclito, Sócrates, Pitágoras, Empédocles, Aristóteles…

          Es pues, comprensible, entender cuando el bardo, grita: Yo soy Helenista de pura cepa. Es una cualidad que siempre me sorprende del autor de Ave de Metal, esa formación tan sólida, que se echo a cuestas. Además presume altivamente (cualquiera que lo conozca lo sabe): En mí está todo el conocimiento de la gran Atenas, lanza sus palabras al viento, y mira al cielo desafiante, cuando repite la frase antes mencionada, como retando al gran Zeus. Como que el creador de universos de ficción, desea volver al Olimpo, de donde una vez cayó a nuestro globo terráqueo, y como que aquí no se siente nada bien. También extraña los “viajes” místicos de Eleusis, donde se internaba, para lograr la unidad de cuerpo psique. De igual manera debe rememorar los rituales dionisíacos, donde el cuentista, se divertía cual semidiós mundano. Pero no se alarmen, aunque es un erudito en el laureado pueblo de la razón, no es el clásico hombre serio, de mirada extraviada, que huele a papel antiguo, por el contrario, el artista es postmoderno, delgado, guapo (la mayoría de mujeres lo afirman), lleno de locura creadora, degustador de una vasta gama de drogas, y está impregnado de gloriosa contaminación urbana.

          El literato voló en aviones accidentados de tonsol, en naves metálicas cargadas de vl, 2000, en cohetes explosivos de LSD. En este espacio, voy a narrar, algunas voces de amor, admiración, asombro, fascinación, encanto, de ciertas mujeres preciosas.

a) “Todas hablaban del escritor El Seis, que era un dandy, un loco, un alcohólico, un genio, el mejor poeta vivo, y sobre todo lo glorificaban, como a un ser superior, todopoderoso. Así es pues…, esperaba con mucha curiosidad conocerlo, y mostrarles mis respetos, mis amores, y hasta mi cuerpo. Cuando lo miré, me postré ante su figura de demonio anarquista.”

b) “Cuando lo ví por primera vez, uff, qué hermoso y bello, y que elegancia al vestir, y esas manos finas, blancas, tersas, transparentes, se le veían las venas… y esos dedos perfectos, donde no había ninguna joya. Y cuado me miró, fue cuando comprendí, como eran los genios, ahí me encontraba ante uno, de carne y hueso, y hasta podía saludarlo, tocarlos (claro sí él lo consentía), en realidad fue el momento más importante de mi vida”

c) “Se me ocurrían (mentalmente) tantas cuestiones que preguntar, pero me quedé como petrificada, de piedra, a punto de desmoronarse ante sus adorables pies… Creo que lo único que pude exclamar fue: Eres el arte en persona. Él sólo me tomó de las manos, me besó la mejilla izquierda, y me susurró al oído: Tú eres mía, toda, para siempre. Me sentí feliz al saber que le gustaba un poco, lo traté de lo mejor, lo máximo, hasta llegar a lo sublime.”

d) “Es impactante conocer a un maestro excelso, y lúcido, como el autor de Crapulario. Recuerdo que bebía exquisitos licores; pero consumía excesivamente, cerveza negra, clara, espesa, helada. Después se fumó un cigarro fuerte; mientras de sus labios salía la charla más amena, socarrona, irónica, culta, que jamás haya escuchado en toda mi vida. Posteriormente inhaló cocaína, despacio, sin prisa, con calma; algunos jóvenes le ofrecieron cannabis, y fumó sólo un poco, argumentando que le recordaba su infancia, y que esa “droga” era para trasnochados, antiguos, y niños de probeta. ¡Oh!, era una máquina del vicio-virtud, en él todo era maravilloso.”

e) “Quiero aclarar que soy una buena lectora, y he tenido acercamiento (intelectual) a muchísimos escritores del más alto nivel, pero un día, leí un texto en una revista literaria (cibernética) de mi país, firmado por un tal El Seis, después de digerirlo, con tranquilidad, detenimiento, reflexión, no podía creer que existieran artistas de esa naturaleza, poseedores de un talento ilimitado, seres tocados por alguna divinidad de las artes. Inmediatamente traté de saber donde poder localizar a tan eximio caballero, y me fue difícil lograr mi objetivo, pero… por fin, le envié un correo electrónico, tardó en contestar, creo… que fue un año, recibí la sorpresa anhelada, me había contestado el divino rapsoda, los comentarios que me hizo, no los puedo compartir, son sólo para mí, pero en realidad, ahora, en este momento, todos, los demás escritores, se me hacen inferiores, mediocres, mínimos, pequeños, y aliados del poder, son una inmundicia.”

f) “Tiene el pelo ensortijado, castaño, cejas pobladas, pestañas lindas, piel blanca, y sus labios son la perdición misma de cualquier mujer. Le dije: Te amo, eres muy apuesto, y además un genio. El me contestó con esa desfachatez que le caracteriza: Todas las mujeres me adoran, idolatran, veneran, admiran, aman, no podría ser de otra manera. Se rió mientras se bebía algún elíxir de alto contenido de felicidad, amargura, sombras, y hasta de locura.”

g) “Entiendo que debe de ser muy difícil para cualquier otro hombre, compararse con el literato genial, ilustre, célebre. Lo digo, porque en una ocasión, todas sus admiradoras lo acosaban sin miramientos, y las más tímidas lo veían desde lejos, con cierto anhelo, y un grupo de dizque amigos del Seis, estaban llenos de rabia, furia, coraje, odio, los carcomía el rencor, y la envidia les tatuaba la faz. Deseaban lastimarlo, herirlo, perjudicarlo, degollarlo, y hasta matarlo cruelmente.”

h) “Algunas veces considero al escritor sin par, como un ser etéreo, aunque parezca extraña mi aseveración, y lo digo porque es muy complicado conocerlo plenamente, en toda su dimensión. Sólo en sus obras de arte, se puede apreciar todo su cuerpo, su alma. Un día me acosté con él, por la mañana, se vistió lentamente, me pidió un trago de vodka, se fumó un cigarro blanco, y me besó la mejilla izquierda, y me dijo: Hasta luego. Quise gritarle no te retires así, ¿Cuándo te vuelvo a ver?, pero… él ya no estaba. Después me puse a llorar, porque en mi cuerpo, estaba su olor, su saliva, el eco de sus gemidos, hasta la sombra de sus tersas y blancas manos, ¡oh!, cómo me hacía falta su majestad.”

          Para terminar añadiré que son muchas las preciosas damiselas que deseaban participar externando sus opiniones sobre el multicitado autor de textos maravillosos, cuyos nombres no rebelaré, por así considerarlo más prudente.

          El Seis, es el hombre más importante del arte mundial… (Es el Supremo Gurú de la literatura), como él mismo lo afirma…, pero… (Ojo) también lo es del “vicio”, es un consumidor inteligente de una gran variedad de “drogas”, que sólo a él lo hacen ver como un dios de la postmodernidad. La virtud del vicio, tiene una gran importancia, para los fines creativos del muy estimado protagonista de este ensayo. Me es muy grato cuando viene a visitarme, a este asilo de “retiro”, (casa de locos) con la finalidad, entre otras, de saludarme, y escuchar al buen Mozart, Paganini; y bebernos varias botellas de vino del Rhin. Para después fornicarnos a las psicólogas, psiquiatras, médicas, y a las esplendorosas enfermeras. El Seis es muy querido, (deseado) por todo el personal femenino de este lugar, donde la luna ha muerto… y las hembras braman una tormenta de pasiones.   

Desde Turquía.

CAPAVERDE

Los derechos de autor son míos única y exclusivamente.

EL Seis

 

 

 

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Escritor mexicano


El Seis, también conocido como El padrote de la muerte nació en la Perra Tapatía. Se inicia a escribir desde su primera cópula, contaba con 14 años de maldad, la amante fue una hermosa dama llamada: La Prostituta Cósmica. Sus estudios los ha realizado en la Universidad, como en las piernas calientes de la ciudad.

 

Ha fundado un gran número de trípticos, dípticos, plaquettes, y revistas literarias, de las cuales sólo se mencionan: Tonsol, Pensamiento y Tequila.

 

También ha participado en las más diversas publicaciones, pero la que más le agrada es la revista V.L. 2,000, de la cual fue cofundador. Ha participado en lecturas en diversos foros; incluyendo la Casa de la Cultura, así como en silenciosos panteones y gloriosos bares. Actualmente distribuye su tiempo en escribir poesía y prosa, y en iluminarse en los Templos de Dionisos, y en arduas peregrinaciones mentales de opium. La mayoría de su obra está recopilada en Ediciones Capaverde, y en cientos de cuartillas olvidadas en las ínfimas cantinas.

 

Ha publicado su obra literaria a lo largo de algunos estados de este país esquizofrénico, hasta llegar también a otros tantos países del globo terráqueo. Aunque esta cuestión en particular, tiene al autor sin ninguna importancia. Ya que él manifiesta: Yo soy el arte.

Para finalizar diremos que el escritor tiene una inclinación psicopatológica por las infantes hermosas de 15 años de pasión. Le gusta que tiemblen y giman cuando escuchen su desgarrada voz.




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